Frente al espejo

En otras entradas ya hemos comentado la importancia de tener espejos en casa. Es una muy buena herramienta para trabajar la coordinación, la lateralidad, la percepción de si mismo como ser diferenciado de los demás, la percepción del propio cuerpo y sus posibilidades de acción, el movimiento y las emociones.

Cuando los niños y niñas son bebés, es interesante colocar el espejo de manera horizontal en su zona de juegos o de descanso, pues al no saberse poner de pie, la horizontalidad posibilita al pequeño a tener un campo de visión mucho más amplio. Cuando ya alcanzan a ponerse de pie y a caminar, es recomendable colocar el espejo en vertical para que puedan verse enteros y así centrar más la percepción y experimentación en el propio cuerpo.

Encontramos muchas actividades para realizar frente al espejo y fomentar los aprendizajes comentados anteriormente, así que hoy vamos a comentar unas cuantas.


                         

Actividades para fomentar la percepción del propio cuerpo, la coordinación y la lateralidad

Dibujarse a uno/a mismo/a

Es interesante contar con rotuladores. A mi personalmente me gustan mucho los Posca (no me pagan nada por hacerles publicidad), ya que tienen unos colores brillantes, pintan casi cualquier superficie y se van rápido de la piel y el cristal (no tanto de las paredes). Podemos tener una maletita al lado del espejo y un paquete de toallitas húmedas para  que puedan borrar y pintar tantas veces como quieran. 

El pequeño puede ponerse frente al espejo y con los rotuladores dibujar su cara, sus ojos, su boca, su nariz, su pelo, etc., como si estuviera calcando su propia imagen en el cristal del espejo. Poco a poco irá aprendiendo las partes de su propio cuerpo y dónde están ubicadas a través de una actividad muy sencilla, divertida y ¡con un resultado visual muy agradable! Además, si estamos jugando con ellos y contamos con un espejo suficientemente ancho, también podéis dibujaros a vosotras/os mismas/os, de pie o sentadas, a su lado, para que los pequeños puedan establecer relaciones de comparación en relación a la altura, al pelo, al color de los ojos o a la forma de la cara. 

Dibujar a otra persona

Puede ser muy divertido jugar frente al espejo con compañía. Siempre que el espejo esté bien collado a la pared, puede ser interesante que se dibujen la silueta el uno al otro. Ambos pueden ir comentando las partes del cuerpo por las que va pasando el rotulador. Siempre podemos ayudarles por si se quedan atascados.

Maquillarse

En un post anterior, ya comentamos los beneficios de los disfraces y el maquillaje. Imitar a un personaje o a una persona y adquirir su rol, es una actividad imprescindible que fomenta su desarrollo integral y está muy ligada al juego simbólico

A través del maquillaje, practicamos el trazo, la percepción de las partes de nuestra cara, trabajamos la motricidad fina, la lateralidad, la coordinación óculo-manual y el componente emocional. Además, si estáis con vuestros hijos e hijas podéis intervenir y dejar que os maquillen, maquillarles vosotros, jugar con el vocabulario de los colores, las formas...tenéis un montón de posibilidades de interacción, así que...¡dejad volar vuestra imaginación!






Actividades para trabajar el componente emocional

Caras frente al espejo

¿Cómo nos cambia la cara en función de cómo nos sentimos? Es importante que aprendan a entender y a diferenciar cuando una persona está triste, alegre, enfadada o aburrida. Es mucho más sencillo que los niños y niñas sepan observar y apreciar en sus propias caras las distintas emociones que tienen. Poner frente al espejo cara de tristeza, de alegría, de rabia, de dolor o de aburrimiento les ayudará a entender sus propias emociones y a saber percibir las de los demás. Pueden ir dibujándolas en el espejo o a un lado, para tener un conjunto de sus propias emociones y trabajarlas.

¡Bailemos!

¿Nos movemos igual si tenemos un mal día? ¿Nos movemos igual si estamos tristes? ¿Y si estamos alegre? Esta propuesta sirve para reflexionar sobre la relación entre el movimiento y las emociones. No es lo mismo dar saltos de alegría que ir caminando cabizbajo después de un día horrible. Frente al espejo, se puede hablar y reflexionar sobre muchas situaciones y momentos del día a día. ¿Cómo caminamos por la calle cuando vamos hacia el parque o hacia la fiesta de cumpleaños de nuestra mejor amiga? ¿Y el día que nos toca dentista? Preguntas como estas pueden hacerse frente al espejo, preguntar a vuestros hijos e hijas en qué momentos se sienten bien, mal, tristes o aburridas y en cómo el movimiento y la energía fluye en esas situaciones. Además, podéis probar con música. ¿Cómo nos desplazamos por el espacio con una canción que nos encanta, que nos da energía y vitalidad? ¿Y con una que nos transmite tristeza o que nos aburre? Observémosles, observémonos. 


En este enlace tenéis más información sobre la importancia de jugar frente al espejo.

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